Adiós Cassini

Hoy, 15 de septiembre de 2017, llega a su fin una de las misiones espaciales más complejas y ambiciosas que encaró el ser humano. Se trata de la misión conocida como Cassini-Huygens, o simplemente Cassini, que estudió Saturno, sus anillos y lunas, desde 2004 hasta la fecha. Fue lanzada el 15 de octubre de 1997 de la estación de Cabo Cañaveral, y entró en órbita alrededor de Saturno casi siete años más tarde, el 1 de julio de 2004. El 25 de diciembre de ese mismo año el módulo Huygens se separó de Cassini y se dirigió a Titán, la mayor luna de Saturno. El 14 de enero de 2005, Huygens ingresó en la atmósfera de Titán y descendió a su superficie para recoger información científica. La misión Cassini-Huygens es la primera dedicada a Saturno y sus sistema de lunas (anteriormente había sido visitado por Voyager, pero "de pasada", y el módulo Huygens es el primer artefacto humano que desciende sobre una luna que orbita a un planeta diferente de la Tierra.

Imagen tomada el 28 de octubre de 2016. El Sol está, para ubicarse en la imagen, arriba a la derecha, a unos 25º por encima del plano de los anillos. La foto está tomada a 1,4 millones de kilómetros de distancia, con una escala de 80 kilómetros por pixel. Fuente: NASA/JPL.

Para el desarrollo de la misión Cassini-Huygens participaron veintisiete países y tres agencias espaciales: NASA/JPL (orbitador Cassini), Agencia Espacial Europea (sonda Huygens), y la Agencia Espacial Italiana (antena de comunicación de alta ganancia de Cassini). El coste total de la misión fue de 3260 millones de dólares, de los cuales EE.UU. aportó el 80% y la Agencia Espacial Europea el 15%.

Algunos de los logros más importantes de la misión, al menos para los responsables de la misma, son (extraídos de Microsiervos):
  • La sonda Huygens lleva a cabo el primer aterrizaje en una luna del sistema solar exterior.
  • Descubrir los chorros de gas que contienen hielo de agua que salen de Encélado, otra de las lunas de Saturno. El agua es fundamental para la vida tal y como la conocemos, y nadie esperaba encontrarla allí; las señales de que hay un océano de agua líquida bajo la superficie de la luna son también intrigantes.
  • Observar la actividad de los anillos del planeta, que distan mucho de ser algo estático.
  • Descubrir que en Titán llueve y hay ríos, lagos y mares, aunque sean de metano líquido.
  • Poder estudiar la enorme tormenta del hemisferio norte de Saturno, un fenómeno periódico que en este caso se adelantó unos diez años.
  • Descubrir que las emisiones de radio de Saturno no van ligadas a su rotación, a diferencia de las de Júpiter.
  • Obtener imágenes de estructuras verticales en los anillos, gracias a la luz del Sol que les da de lado, algo que pasa aproximadamente cada 15 años y que Cassini estuvo allí para ver.
  • Estudiar la química prebiótica de Titán, cuya atmósfera está repleta de todo tipo de moléculas complejas.
  • Aclarar por qué Japeto tiene una cara más oscura que la otra, lo que se se debe a polvo presente en la órbita de esta luna y que va siendo capturada por su gravedad, quedando depositada en la cara que va por delante.
  • Obtener la primera imagen completa del hexágono que hay en el polo norte de Saturno y comprobar que hay huracanes gigantes en ambos polos.
La superficie de Titán, vista por Huygens. Fuente: Explore Deep Space.

Seguramente podría extenderme en montones más de detalles técnicos, como que la misión recopiló mas de 600 GBytes de datos, casi medio millón de fotos, seis lunas nuevas descubiertas y casi 8.000 millones de kilómetros recorridos. Cassini seguirá dando que hablar por años, ya que toda la información que ha recopilado no se ha terminado de procesar. Sin embargo, su vida útil ha llegado a su fin, a pesar de las extensiones a la misión que se realizaron. La nave casi no tiene combustible, y para evitar perder el control y que impacte contra algunas de las lunas que tienen fuerte interés de punto de vista biológico, como Encélado y Titán (recordemos que la nave se alimenta de un generador de radioisótopos, que es más o menos como decir que lleva un reactor nuclear en miniatura), se decidió zambullirla en la densa atmósfera de Saturno, donde se destruirá por la fricción.

Algunos números para tomar conciencia de la magnitud de la misión de los resultados. Fuente: Eureka.

Cassini estará transmitiendo información valiosa hasta el último momento, cuando el roce con la atmósfera le impida apuntar su antena, y la fricción la empiece a recalentar y termine por destruirla. En ese momento, Cassini se convertirá en una pequeña estrella fugaz en la atmósfera de Saturno y pasará a convertirse en parte de él. En ese momento terminará una misión épica, y no solo por el ingenio robótico que ha estado trabajando allá afuera durante todos estos años sin fallar, si no por todas las personas de carne y hueso que hicieron posible esta hazaña.

Póster retro que inmortaliza la zambullida final, y fatídica, de Cassini en la atmósfera de Saturno. Fuente: NASA/JPL.

La noticia de Cassini pasará desapercibida en los medios, que están ocupados con problemas más graves y urgentes. Sin embargo, creo que este es uno de esos hitos de la historia de la ciencia que será estudiado y rememorado asiduamente en el futuro. Por que la Humanidad, con "H", empuja por llevar los límites del conocimiento más y más lejos, y trata de saber que es lo que pasa ahí afuera. Como dijo en su momento Konstantin Tsiolkovsky, "La Tierra es la cuna de la Humanidad, pero la Humanidad no puede vivir para siempre en una cuna". Ese camino que, en décadas o siglos, no lo sé, nos llevará fuera de la cuna, es el camino que están señalando misiones como Cassini (o Voyager, Galileo, New Horizons, y un largo etc.).

¿Qué más decir? Que se van a extrañar las noticias desde Saturno... ¡Adiós Cassini!

"GRAND FINALE" [Fuente: Sci & News]

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